LIBELULA
El Top Gun de los insectos voladores
La libélula posee uno de los vuelos más perfectos (si no el que más) del mundo de los insectos, lo que equivale a decir del reino animal. Si la más diestra de las rapaces parece un novato con “L” al comparar su vuelo con el de una simple mosca, esa misma mosca frente a la libélula es algo así como usted o yo compitiendo en una carrera de coches frente a Carlos Sainz. No hay nada que la libélula no sea capaz de hacer volando: puede desplazarse decenas de kilómetros en un santiamén, parar casi en seco y permanecer estática el tiempo que desee, subir y bajar en una vertical perfecta y, por si esto fuera poco, volar hacia atrás. Además, sus ojos juntos y situados en lo alto de la cabeza, con más de 30.000 facetas cada uno, le da una visión panorámica total que ya quisiera para sí la cabina elevada y semiesférica de un F16. Vuelan tan bien, que sólo saben volar, siendo incapaces de andar, como hacen muchas especies de insectos voladores.
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